A mediados de 1944, los Estados Unidos ya controlaban las islas Marianas al sur de Japón, lo que permitía a que sus bombarderos B-29 poder atacar las ciudades industrializadas niponas. La guerra ya estaba decididamente a favor de los americanos y los japoneses ya apenas presentaban resistencia en el aire. Sin embargo, seguían habiendo 2 inconvenientes a la hora de bombardear Japón:
El primero era que los B-29 americanos no podían recibir una escolta que les acompañara durante toda la ruta, ya que Japón se encontraba a 2500 km de la base más cercana, pero los aviones escolta americanos (los P-51 Mustang) no tenían un radio de acción mayor de 1500 km, por lo que se quedaban cortos. Esto los hacía más vulnerables.
El segundo problema era que en la ruta hacia Japón desde las Marianas, se encontraba la isla de Iwo Jima. Es una pequeña ínsula prácticamente plana, a excepción de un cono volcánico (el Suribachi) al suroeste de la misma. Estaba bajo el control de los japoneses, dotada de sistema de radar y dos aeropuertos. Los bombarderos americanos eran detectados horas antes de soltar sus cargas sobre Japón gracias al radar y podían ser interceptados por la aviación japonesa, que aunque no solía ocurrir, era un riesgo añadido.
La solución a estos dos problemas era sencilla: tomar Iwo Jima, ya que así, capturaría el radar, eliminarían la resistencia nipona en la isla y contarían con una base desde la cual podrían operar y escoltar los P-51 a los bombarderos durante sus ataques a Japón.
Foto de la isla de Iwo Jima. El humo es proveniente de ataques aéreos.
Los primeros ataques comenzarían en Junio de 1944 cuando submarinos americanos sitiarían la isla para evitar su abastecimiento y comenzaría una campaña de bombardeos continuos, primero por acorazados situados en la costa y más tarde por bombarderos situados en las Marianas. La situación se mantendría así hasta el 16 de Febrero de 1945, cuando los bombardeos se intensificasen. Tras ello, el 19 de Febrero se iniciaría el asalto a la isla, con un desembarco por parte de 250.000 hombres apoyados por la aviación de 12 portaaviones y el fuego de cobertura de de 8 acorazados y otros 480 navíos. El desembarco se llevaría a cabo en 3 km. de playa, desde la región oriental de la isla debido a que el resto de la costa era rocosa y no existía puerto alguno. Los japoneses trataron de repeler su ataque naval con un ataque aéreo que fue rechazado.
Los americanos no encontraron resistencia, ya que la estrategia de defensa nipona no pretendía hacer "fuego de castigo" a las primeras tropas que desembarcasen. La playa estaba formada por terrazas de ceniza que originaban una pendiente de 4 metros de altura. La misma ceniza era muy poco densa, lo que provocaba que los soldados hundieran sus botas en el polvo y se resbalasen al intentar subir por las laderas debido a su peso. Ni sus tanques Sherman podían avanzar bien por esa superficie. Una hora después de que el primer soldado tocase tierra, la playa estaba atestada de marines, tanques y suministros y los japones aprovecharon esto para lanzar un ataque de artillería sobre ellos desde el Suribachi, causando las primeras víctimas y graves perdidas de material a los americanos.
A pesar del fuego enemigo, varios contingentes lograron llegar al pie del volcán intentando separar a las fuerzas japonesas cada una a un lado de la isla. Esto de todos modos no sirvió de nada ya que la isla estaba intercomunicada gracias a una red de túneles subterráneos. Otras tropas al mediodía lograron llegar a los aeropuertos que se encontraban al sur de la isla. Entonces los americanos debieron enfrentarse a un grave problema: como toda la isla estaba intercomunicada, en un principio, sufrieron graves bajas ya que después de haber despejado y dejado atrás un área de terreno, eran atacados por la retaguardia por nuevos soldados japoneses que volvían a ocupar la zona saliendo desde sus túneles escondidos.
Al caer la noche, los destructores aliados lanzaron bengalas sobre la isla para proteger a sus soldados de posibles incursiones nocturnas. Al día siguiente continuaron los desembarcos y poco a poco, los americanos avanzaron terreno, pero muy costosamente.
Los japoneses habían instalado fortines en lugares específicos desde los cuales podían tanto defender su fortín como otros que se encontraban en su radio de acción, por lo que los americanos debieron enfrentarse a situaciones de fuego cruzado. Además, las pocas vías viables para vehículos estaban expertamente minadas. La adversa situación de los fortines hizo que los americanos tuvieran que usar estrategias tácticas. Normalmente, tras limpiar de minas el campo por el que avanzaban los marines, éstos identificaban la localización de la fortificación que hostigaba su avance, solicitando a la artillería el barrido de la posición japonesa emplazada a pocos metros delante de ellos. Una vez terminado el castigo artillero, se desarrollaba una competición entre defensores y atacantes por alcanzar antes que el contrario la posición bombardeada. Si los soldados americanos no lograban capturar el puesto antes que el enemigo solían usar granadas de mano o lanzallamas para despejarlos.
La situación continuó así hasta el 25 de Marzo, fecha en la cual los últimos 200 soldados nipones supervivientes lanza un carga "Banzai" (ataque suicida) contra las fuerzas americanas. Al día siguiente, el alto mando de los EE.UU. declara la isla de Iwo Jima bajo el control definitivo de sus fuerzas.
Durante la batalla perdieron la vida aproximadamente 20.000 soldados nipones (la totalidad de sus fuerzas prácticamente) y algo menos de 6.000 marines.
Como consecuencias, la resistencia nipona en esta batalla sería utilizada como pretexto para lanzar las dos bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki, ya que una invasión terrestre, según los estadistas americanos, causaría un millón de víctimas militares en la invasión. Por otro lado, Iwo Jima pudo ser utilizada como emplazamiento de los escoltas de los B-29 americanos.
Curiosidad:
La clásica foto de unos soldados levantando la bandera de los Estados Unidos se hizo en la cima del volcán Suribachi cuando los marines lograron alcanzar su cima y asegurarla. En la foto, seis soldados la levantan, pero desgraciadamente tres de ellos morirán en la isla los días siguientes.
Portaaviones USS Saratoga siendo atacado por los kamikaze durante la batalla de Iwo Jima.
Acorazado Texas bombardeando la isla.
Plano esquemático sobre el desembarco. Se observa el monte Suribachi y los dos aeropuertos.
Los americanos no encontraron resistencia, ya que la estrategia de defensa nipona no pretendía hacer "fuego de castigo" a las primeras tropas que desembarcasen. La playa estaba formada por terrazas de ceniza que originaban una pendiente de 4 metros de altura. La misma ceniza era muy poco densa, lo que provocaba que los soldados hundieran sus botas en el polvo y se resbalasen al intentar subir por las laderas debido a su peso. Ni sus tanques Sherman podían avanzar bien por esa superficie. Una hora después de que el primer soldado tocase tierra, la playa estaba atestada de marines, tanques y suministros y los japones aprovecharon esto para lanzar un ataque de artillería sobre ellos desde el Suribachi, causando las primeras víctimas y graves perdidas de material a los americanos.
Desembarco en Iwo Jima.
Vehículos y material inutilizado en la playa.
Soldados y tanque "Sherman" americano en las playas
de Iwo Jima.
Soldados y tanque "Sherman" americano en las playas
de Iwo Jima.
A pesar del fuego enemigo, varios contingentes lograron llegar al pie del volcán intentando separar a las fuerzas japonesas cada una a un lado de la isla. Esto de todos modos no sirvió de nada ya que la isla estaba intercomunicada gracias a una red de túneles subterráneos. Otras tropas al mediodía lograron llegar a los aeropuertos que se encontraban al sur de la isla. Entonces los americanos debieron enfrentarse a un grave problema: como toda la isla estaba intercomunicada, en un principio, sufrieron graves bajas ya que después de haber despejado y dejado atrás un área de terreno, eran atacados por la retaguardia por nuevos soldados japoneses que volvían a ocupar la zona saliendo desde sus túneles escondidos.
Ejemplificación del sistema de túneles.
Al caer la noche, los destructores aliados lanzaron bengalas sobre la isla para proteger a sus soldados de posibles incursiones nocturnas. Al día siguiente continuaron los desembarcos y poco a poco, los americanos avanzaron terreno, pero muy costosamente.
Los japoneses habían instalado fortines en lugares específicos desde los cuales podían tanto defender su fortín como otros que se encontraban en su radio de acción, por lo que los americanos debieron enfrentarse a situaciones de fuego cruzado. Además, las pocas vías viables para vehículos estaban expertamente minadas. La adversa situación de los fortines hizo que los americanos tuvieran que usar estrategias tácticas. Normalmente, tras limpiar de minas el campo por el que avanzaban los marines, éstos identificaban la localización de la fortificación que hostigaba su avance, solicitando a la artillería el barrido de la posición japonesa emplazada a pocos metros delante de ellos. Una vez terminado el castigo artillero, se desarrollaba una competición entre defensores y atacantes por alcanzar antes que el contrario la posición bombardeada. Si los soldados americanos no lograban capturar el puesto antes que el enemigo solían usar granadas de mano o lanzallamas para despejarlos.
Lanzallamas.
Ataque "Banzai"
Durante la batalla perdieron la vida aproximadamente 20.000 soldados nipones (la totalidad de sus fuerzas prácticamente) y algo menos de 6.000 marines.
Como consecuencias, la resistencia nipona en esta batalla sería utilizada como pretexto para lanzar las dos bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki, ya que una invasión terrestre, según los estadistas americanos, causaría un millón de víctimas militares en la invasión. Por otro lado, Iwo Jima pudo ser utilizada como emplazamiento de los escoltas de los B-29 americanos.
Curiosidad:
La clásica foto de unos soldados levantando la bandera de los Estados Unidos se hizo en la cima del volcán Suribachi cuando los marines lograron alcanzar su cima y asegurarla. En la foto, seis soldados la levantan, pero desgraciadamente tres de ellos morirán en la isla los días siguientes.
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