martes, 25 de marzo de 2014

Batalla de Montecassino.

A finales del verano de 1943, las fuerzas aliadas desembarcan en el sur de la península itálica con intención de iniciar la liberación de Europa desde Italia. Sin embargo, la cordillera de los Apeninos dificultó muchísimo el avance aliado. Cuando las fuerzas aliadas llegaron hasta Napoles, tenían dos caminos para llegar a Roma:
Uno era a través de la costa oeste de Italia y otro, a través de un valle atravesado por el río Liri. Sin embargo, la entrada a este valle estaba bloquea por una colina de 1.100 metros de altura en la que se alzaba la Abadía de Montecassino, desde el cual, los alemanes podían vigilar todo el valle y defenderlo con su artillería de precisión. La región además estaba defendida por granaderos panzer (soldados de infantería mecanizada)

 Vistas desde la Abadía de Montecassino.

Los aliados eligieron la ruta por Montecassino en un principio y lanzaron su primera ofensiva el 20 de enero de 1944, en la cual una división americana intenta cruzar el río Liri (el cual se encuentra antes de la colina), asumiendo de ante mano que esta sufriría perdidas. Desgraciadamente, estas fueron mayores de las que pensaban, ya que aunque durante horas la artillería estadounidense atacó el pueblo de Cassino al otro lado del rio, no lograron reducir a la infantería enemiga que se resguardaba en su interior, y cuando los soldados americanos trataron de cruzar el río, fueron prácticamente masacrados por fuego de ametralladoras y morteros. Solo unos pocos pelotones de soldados exhaustos alcanzaron la orilla, pero estos quedaron aislados y fueron aniquilados por los alemanes.

 Estadounidenses atravesando el río Liri.

A pesar de las terribles perdidas, el alto mando volvió a lanzar un ataque la noche del 22 de Enero. Amparados en la oscuridad, un batallón logró tender dos puentes en el rio, pero los alemanes al darse cuenta de ello, lanzaron una contraofensiva apoyados con cañones que pulverizaron, literalmente, las posiciones aliadas y obligaron a su retirada de nuevo a su orilla.

 Morteros alemanes en Montecassino.

Sin embargo, el 24 de Enero, los americanos pretendieron lanzar un nuevo ataque, esta vez compuesto por carros de combate, pero siendo los alemanes conocedores de esto, volaron una presa cercana que convirtió las riveras del río en un lodazal, lo cual provoco que veinte tanques quedasen inmovilizados en el barro durante la ofensiva y tuvieran que ser abandonados. Aunque en esta ocasión los americanos, si lograran hacer una cabeza de playa, los alemanes minaron el terreno tras el río y construyeron puestos fortificados que presentaron una fiera resistencia y un gran coste de vidas aliadas. Cuando por fin los carros y soldados americanos alcanzan la Abadía, vuelven a ser frenados en seco durante una semana. 
A principios de Febrero, vuelven a atacar. Esta vez una colina a 335 metros de Montecassino, pero los granaderos panzer vuelven a hacerlos retroceder.

Mapa de Cassino, junto con el Rio Liri (R. Rapido) y el monasterio de Montecassino.

Finalmente, los soldados aliados están exhaustos, faltos de víveres y munición y el avance se detiene definitivamente. Por suerte para los alemanes, refuerzos paracaidistas se reparten por el pueblo de Cassino y las laderas próximas, pero tienen orden expresa de no ocupar el monasterio de se encuentra en la colina, ya que es un monumento histórico y no quieren convertirlo en un objetivo militar.

Desafortunadamente, los aliados desconfíaron y decidieron bombardear con varios aviones, B-17, B-26 y B-25, la abadía de Montecassino el 15 de Febrero, lanzando sobre ella 600 toneladas de explosivo y reduciéndola a escombros. Pero empeorar la tragedia, en el lugar vivían varios monjes, refugiados del pueblo de Cassino y heridos que mueren la mayoría en el ataque. Este error, por parte de las fuerzas militares estadounidenses, no fue reconocido hasta 1969.
Justo tras el bombardeo, fuerzas paracaidistas alemanas fortifican los escombros y frenan los ataques posteriores de los aliados los días 16 y 17, causando gran número de bajas. Las ofensivas continúan intermitentemente hasta el 18 de Febrero, cuando las primeras nevadas detiene el ataque sin haber logrado ningún éxito y habiendo causado muchas bajas en el bando aliado.

Bombardeo sobre el monasterio de Montecassino.

Vídeo en el que se ven los ataques aéreos contra la abadia y el pueblo de Cassino.


El 15 de Marzo se reanudan los ataques por parte de fuerzas de la Commonwealth. Deciden lanzar un fuerte ataque sobre el pueblo de Cassino, el cual es bombardeado por 500 aviones aliados y 2.500 toneladas de proyectiles de artillería. No quedaba ni un solo edificio en pie, y la cantidad de cráteres recordaban a un paisaje lunar. El alto mando británico declaraba que no podían haber sobrevivido ni un solo contingente alemán. Pero, increíblemente, tras haber soportado el bombardeo en cloacas y sótanos, los paracaidistas vuelven a tomar posiciones defensivas en las ruinas del pueblo y rechazan nuevamente un ataque neozelandés durante nueve días. Finalmente el 23 de Marzo, la ofensiva se abandona totalmente.

  Estado de la ciudad de Cassino tras el ataque aliado.

En esta ofensiva, perdieron la vida 54.000 soldados aliados y la artillería aliada empleó 600.000 proyectiles que causaron 2000 bajas propias. La fuerza y resistencia de los paracaidistas alemanes, que solo perdieron 20.000 hombres estando en inferioridad numérica y de medios, llegó a otorgarle elogios del propio alto mando inglés que había combatido contra ellos:

"Es extraordinaria la tenacidad de estos paracaidistas alemanes. Estuvieron sometidos a toda la fuerza aérea del Mediterráneo bajo la mayor concentración de potencia de fuego que se ha visto jamás. Dudo que haya otras tropas en el mundo que hubiesen podido levantarse y seguir luchando con aquella ferocidad"

Esta sangrienta batalla terminaría con la toma de Montecassino, no por una ofensiva aliada dirigida contra ellos, sino porque Cassino formaba parte de una línea defensiva (la Línea Gustav) que atravesaba Italia. Otras secciones de la línea no habían resistido el embiste aliado y si los alemanes no se retiraban de aquella posición, corrían el riesgo de quedar aislados.

La Línea Gustav (línea roja)

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