jueves, 27 de marzo de 2014

El hundimiento del USS Indianapolis.

El USS Indianapolis era un crucero pesado estadounidense construido el 7 de Noviembre de 1931 en Nueva Jersey. Fue modernizado en Marzo de 1943 y dotado de sistema de radar, aunque incluso después de ello, seguía para su época obsoleta, al no contar con sistemas de detección antisubmarina.

USS Indianapolis.

Su historial:
Fue buque de representación en Sudamérica en 1936 del presidente Franklin Delano Roosevelt. Durante la segunda guerra mundial, participa sin gran renombre en varios desembarcos en el Pacífico, en la batalla de Iwo Jima y la batalla de Okinawa.

 El presidente Delano Roosevelt abordo del Indianapolis.

USS indianapolis disparando durante un desembarco en las islas de Saipan.

El mayor hecho de relevancia en el historial respecto a la nave ocurre el 16 de Julio de 1945, cuando esta atraca en el puerto de San Francisco, California. Se encontraba en reparaciones por los daños causados por un kamikaze japones. Ese mismo día, sin que su tripulación fuese avisada, el buque fue rodeado por agentes de la policía militar que transportaban dos cajas de plomo y el almirante de la nave, Charles McVay, tuvo que reunirse inmediatamente con miembros del alto mando estadounidense que le dieron unas instrucciones:
Eran muy simples. Solo le pidieron que transportase en su barco los dos contenedores hasta los aeropuertos americanos de las islas de Tinian lo antes posible y sin escolta. No se debían hacer preguntas sobre la naturaleza de la carga y se instruiría a la tripulación de que no se acercaran a la zona de hangar donde se estuvieran los contenedores bajo pena de muerte en el acto o consejo de guerra. McVay fue instruido de que en caso de hundimiento en aguas seguras, la carga era prioritaria sobre la vida de los marinos, y si el siniestro era en aguas hostiles, la carga debía arrojarse por la borda hacia los abismos, antes que cualquier balsa de salvamento.

 USS Indianapolis atracado en el puerto de San Francisco.

Y así a la mañana siguiente el USS Indianapolis zarpó a hacia su destino y en solo 10 días, batiendo su récord de velocidad, descargó su carga en Tinian. Los dos contenedores desconocidos eran el material nuclear que días más tarde conformarían las bombas atómicas que se arrojarían sobre Japón el 6 y 9 de Agosto del mismo año.

 USS Indianapolis.

Tras su misión, el 29 de Junio, el barco se dirigió a la isla de la Guam y desde allí debía de ir a Filipinas al día siguiente para realizar unas maniobras de entrenamiento. El almirante McVay pidió escolta, pero se la denegaron porque el alto mando argumentaba que las aguas que recorrería ya estaban limpias de embarcaciones japonesas, pero que de todos modos podía navegar en zig zag. Antes de zarpar mandó una transmisión de onda corta a su destino en Filipinas sobre la hora de llegada y de salida, pero el mensaje no fue oído.
Zarpó el 30 de Junio, y una vez en mar abierto navegó en zig zag hasta las 19:00 del mismo día, cuando el almirante canceló las maniobras para poder aumentar la velocidad. Entonces, a las 23:00 del mismo día, a mitad de recorrido de su trayecto, el barco es detectado por el submarino japonés I-58 y a las 23: 26 horas. Este dispara en abanico seis torpedos.

Submarino I-58

Diez minutos más tarde, dos torpedos impactan en el acorazado, uno desintegra la proa y otro inutiliza la sala de maquinas dejando la nave sin suministro eléctrico y sin poder dar un SOS por radio. La embarcación se inclina hacia estribor y se da la orden de abandonar el barco. Como se estaba escorando, la inclinación impidió que se pudieran usar la mayor parte de las barcas salvavidas. Finalmente el crucero completamente recostado sobre su estribor se hundió (12 minutos después de ser atacado) En el hundimiento 316 marineros perdieron la vida, pero su entrenamiento permitió que otros 880 lograran sobrevivir.
Comenzó entonces para ellos una de las más trágicas historias de naufragio. A primeras horas del amanecer del 31 de julio aparecieron los primeros tiburones. (oceánicos de puntas blancas) Los hombres trataban de sobrevivir al hambre, la sed, la insolación, las heridas y, sobre todo, al ataque de los tiburones. Muchos también murieron debido a las alucinaciones que la ingesta de agua salada les provocó, matando así a algunos de sus propios compañeros. Los tiburones hicieron el resto. Inexplicablemente, el mando naval norteamericano no se percató de la ausencia del Indianapolis, que debería haber arribado en Filipinas el 31 de julio. No fue hasta la mañana del 2 de agosto cuando de mera casualidad (pues nadie los buscaba) un avión antisubmarino Ventura PV-1, estando de patrulla observó una gran mancha de petróleo y varios puntos negros a flote. Inmediatamente comunicó a su base «muchos hombres en el agua», radió su posición, dio unas vueltas más y se alejó por falta de combustible. Un hidroavión Consolidated PBY Catalina fue enviado a observar desde Guam y su piloto contraviniendo órdenes, y a pesar de ver tiburones atacando a los náufragos, se arriesgó y amerizó, logrando rescatar del mar a 56 marineros. El destructor USS Cecil J. Doyle fue el primer buque que, ya de noche, arribó al lugar. Se contaron 316 supervivientes en total, entre ellos, al almirante McVay.


 Ventura PV-1

 Consolidated PBY Catalina.

  USS Bassett (otro destructor americano que se unió al rescate) enviando barcazas de transporte para socorrer a los náufragos.

Supervivientes del Indianapolis en Guam.

Representación de los tiburones atacando a los náufragos.

Lo peor de todo es que el alto mando naval americano, para evadir sus responsabilidades en la tragedia, usó como chivo expiatorio al almirante McVay. Le acusaron de ser responsable del hundimiento del crucero al no usar la maniobra de zig zag durante todo el recorrido. Fue juzgado y condenado en un consejo de guerra, degradado a capitán y enviado a un puesto administrativo en la marina. Presionado moralmente por los hechos, McVay se suicidó de un disparo en el jardín de su casa en 1968.

 
Charles Butler McVay II

 En conclusión, el hundimiento de este simbólico barco ocurrió por una combinación de factores y mala suerte que pudo haberse evitado.


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